21/10/09

Otra visión de El secreto de sus ojos

Como sabén, si hay una película que levantó polvareda este año en el cine nacional, esa es El secreto de sus ojos de Campanella. No sólo en base a su éxito comercial sino también en cuanto al círculo de críticos, en algunos hubo consenso, en otros hubo una visión completamente positiva y en otras una que la instala como a un producto mediocre. Fancinema no es la excepción, y aquí publicamos un texto que se contrapone a la crítica positiva que publicamos hace varias semanas. Bienvenido sea el debate y el intercambio.

Por qué El secreto de sus ojos no es una gran película

El título de este texto parece un poco soberbio, una verdad que se pretende irrefutable. Pero vale usarlo en este contexto: no hay asado, cumpleaños, bautismo o casamiento que no aparezca alguien que te pregunte “¿Viste El secreto de sus ojos?”. Un éxito que no es sólo comercial, sino que ha logrado trascender las barreras de un director resistido como Juan José Campanella y se ha instalado con un consenso crítico que asusta. Es ese tipo de consenso un poco reaccionario, que genera un público acrítico y que celebra lo exitoso como indiscutible. Pero a casi dos meses de su estreno y con una taquilla que supera holgadamente el millón de espectadores, se hace necesario decir que El secreto de sus ojos no es una gran película.

A Campanella hay que reconocerle una cosa: tiene oficio. Y ese oficio, construido con la mecanización que le aporta su trabajo de años en la televisión norteamericana, lo ha llevado a explorar territorios como los de la comedia romántica (El mismo amor, la misma lluvia) o el costumbrismo con cuotas de nostalgia (El hijo de la novia, Luna de Avellaneda) con singular llegada en el público argentino.

Campanella tal vez entienda al cine como una sumatoria de películas que van construyendo una huella digital de autor. De hecho el tema de la identidad sobrevuela sus películas, sobre todo una necesidad de construir relatos “argentinos”, como si el gentilicio fuera en realidad un adjetivo calificativo (como el tango que celebra lo porteño). Así es como vemos que en esta adaptación de la novela de Eduardo Sacheri, el director mantiene ese amor que trasciende al tiempo de El mismo amor…, el costumbrismo de El hijo de la novia y lo político-costumbrista de Luna de Avellaneda. La novedad aquí es que se suma lo policial, un registro de género puro.

Así como la emoción y la sensiblería en las anteriores películas superaban el orden de lo tolerable, en El secreto de sus ojos funciona la acumulación pero en otro sentido: un guión complejo que lo hace salir y entrar constantemente en diversos géneros, datos abarrotados, tiempos que se mezclan, aturde ideológicamente. Campanella, tras la fría recepción de Luna de Avellaneda, se tomó un tiempo para cambiar de rumbo, pero no hizo más que continuar parado en el mismo lugar. Si hasta Ricardo Darín y Soledad Villamil vuelven a jugar a la pareja perdida en los recovecos del tiempo -también políticos- y Guillermo Francella no es otra cosa que la nueva cara del habitual compinche del protagonista que solía interpretar Eduardo Blanco, aunque más preciso.

Todo esto puede llevar a entender el por qué del éxito. El espectador argentino de los últimos 30 años tiene una identidad audiovisual más cercana a la televisión que al cine, y esto se traduce en una tolerancia mayor a la repetición y una búsqueda de lo convencional como sustento de calidad asegurada. Eso es lo que le da Campanella al espectador que ve el arte como una ecuación costo-beneficio: la confianza de que los $ 18 de la entrada van a ser recuperados con buenas actuaciones y factura técnica irreprochable.

Forma

Hasta aquí los reparos que le hacemos a Campanella están relacionados con el falso avance que supuestamente representa su última película. Y a lo mejor esto no es culpa de él, sino de la crítica que sorpresivamente parece haberse rendido a sus encantos que combinan un cine de supuesta reflexión con el espectáculo. Buen cine industrial que le dicen. Pero basta observar detenidamente la estructura sobre la que trabaja para descubrir nuevamente las grietas de un cine demasiado calculado. Los mejores pasajes de El secreto de sus ojos habría que buscarlos en la primera hora, donde Darín (Benjamín Espósito) comparte más minutos con Francella (Sandoval) en su intento por deshilvanar el ovillo del tiempo que lo lleva a la Argentina de Isabel Perón en la década del 70. Esos momentos, hay que decirlo, son justamente los que se inscriben en el territorio que mejor maneja, el de la comedia de personajes, casi una buddy movie: hay un muy interesante trabajo sobre el habla de la época, sobre los pasillos de Tribunales, diálogos que son ejecutados por dos actores que dicen sus líneas con bisturí.

El problema es, y aquí comienza parte del enmarañamiento de la película, que el humor aparece como un gesto de complacencia de Campanella hacia al espectador antes que una actitud coherente y lógica de sus personajes. El trasfondo del film es el crimen de una joven cometido 30 años atrás, que el personaje de Darín pretende retomar para escribir una novela. Pero el hecho tiene lazos fuertes con el pasado violento del país y además la historia de amor que anida es una referencia a la propia historia de Espósito. Nadie dice que no se puede contar con humor un drama, pero en todo caso hay que ser consecuente con la decisión estética que se adopta. En un momento determinado el humor desaparece -porque lo que se empieza a contar es demasiado serio para Campanella- y la película se torna pesada, solemne y confusa. Lo que queda en evidencia aquí es que el humor no era propio de la historia, sino un elemento del guión. Una variable más en la ecuación que es la película toda. La forma no funciona porque no es respetada ni siquiera por el director.

Fondo

El secreto de sus ojos respira una atmósfera de cine negro y esto complota con las propias necesidades de Campanella. El noir es un género sin moral y el director es sumamente moralista. El inconveniente es que siempre en su cine quiebra esa moral de manera arbitraria. O crea una nueva que podríamos definir como “doble moral”, tan práctica a la clase media argentina. En El mismo amor… Darín pide un par de coimas; en El hijo de la novia Darín permite la desocupación de sus empleados; en Luna de Avellaneda Mercedes Morán se queda con la plata del club porque no puede pagar la luz. Esto se emparienta con una forma de ser muy argenta, la del “no pago los impuestos porque el Estado se afana la guita”. Un aval demagógico de la trampa.

Lo que pasa en El secreto de sus ojos es más preocupante aún. Nuestros héroes, Darín y Villamil, torturan psicológicamente a un personaje y la película lo avala porque ese tipo fue un asesino. En un noir convencional esto se deja pasar, pero en una de Campanella no, porque 10 minutos después cuestiona a un juez que liberó al asesino. No hay disimulo en ambas escenas: el trabajo con la música y la posición de la cámara sostiene el punto de vista de Darín y Villamil. Campanella justifica la tortura psicológica en una película que habla del pasado, la justicia, la memoria y el crimen. Y se cree muy progresista.

Hay un personaje clave, que interpreta Pablo Rago, que es el esposo de la víctima que originó la investigación. En un diálogo con Darín sobre la justicia y la búsqueda de la verdad, repite “no piense más”. ¿Cómo rebota esto con aquella vista gorda a la tortura? ¿Y más aún con el último plano que cierra una puerta y una película, que concluye en un registro festivo olvidando lo contado minutos antes?

El secreto de sus ojos entonces no sólo no es tan buena, sino que además es una película preocupante.

Mex Faliero

Imágenes: e-cartelera

9 comentarios:

Pablo Martinez dijo...

Respeto tu punto de vista, y esta mas o menos bien fundamentada (te fuiste un poco por las ramas, vamos a decir), pero no comparto para nada esa opinión que tenés, tan -- si me permitís el término y sin animos de faltar el respeto -- cuadrada sobre los géneros por los que pasea el film.

Debería analizar más detenidamente tu artículo, que por supuesto, siempre esta bueno ir a la contra para mirarlo con otros ojos, pero: o vos no entendiste bien la pelicula, o ¿más de 1 millon de espectadores fueron a ver algo que se hizo para que ellos piensen que estan ante un cine que se la da de progresista? Wow... interesante, pero la verdad que en esta ocasión me quedo con la mayoria de las opiniones. Esta película es una bocanada de aire para ese género en nuestro país.

Y me guardo el comentario sobre la frase de Rago porque ese punto de vista me parece rebuscado y sin forma.

Igual respeto mucho tu opinión, y admiro la capacidad de gusto y opinión de los seres humanos. Cómo es posible que hayan puntos de vista tan distantes, no? Fascinante. Y esa es una de las cosas que más admiro al comentar cine, la variedad de opinión y comentario.

Saludos amigo!! Buen artículo!

Un abrazo!!! Te espero comentando en la ultima critica de mi blog?? ;)
Que andes bien...

PM

Pablo Martinez dijo...

Che, releí mi comentario y quizás parece como que lo digo en un tono medio pesado, pero nada que ver,sabes? ;) Va con la re buena onda, de verdad. Me dio como cosita cuando lo leí y pensé "uh capaz se lo toma a mal!" jeje. Nada más alejado de mis intenciones ;)

Es una opinión más, como la tuya, que es excelente (pulgar arriba)

un abrazo!

PM

Mariano Masci dijo...

Primero que nada: MUY BUENO TU BLOG! =)
Ahora, respecto a la película:
Mmmm... yo no soy fan de Campanella, pero de todas formas tengo que decirlo: tampoco coincido con tu opinión; pero para gustos colores. Aunque hay algunas cosas que no puedo dejar de reprochar. Antes que nada, en mi opinión, la combinación de géneros funciona de manera perfecta... si la película fuese simplemente de tono dramático, no se acercaría a la realidad, y se quedaría en lo cuadrado, ¿por qué? porque la vida NO es un drama, y sin esos momentos de comedia la cinta resultaría fría, y los personajes menos humanos.
Segundo: No entiendo el por qué de eso de "se las da de progresista"; es decir: el film no pretende ser progresista, nadie puede saber si eso es realmente cierto, en todo caso es una opinión subjetiva. Además, si leés la novela (cuyo mismo autor escribió el guión de la película), te vas a encontrar precisamente con el macro-formato: un crimen sin resolver y una historia de amor. Pero de política apenas si hay un poco... Ojo! No estoy minimizando ese rasgo del film, pero seamos sinceros: UNA TORTURA PSICOLÓGICA NO ES LO MISMO QUE UN ASESINATO... O PEOR: UNA Desaparición. Y ahí entra el tema de la frase "no piense más", creo que lo que se trata de decir es: "No piense más si hice bien o mal, cuando ellos no lo pensaron a la hora de actuar". Creo que el final es justo, y de hecho un alegato a favor de la Justicia, de la memoria del pasado para la comprensión del presente, y la construcción de un futuro... pero repito: No sólo en lo político, sino en la vida de cada uno.
Tercero: Sinceramente lo de la puerta creo que no lo captaste, no tiene nada que ver con eso de "Caso cerrado, me lavo las manos", sino todo lo contrario: la idea de "seguir lo que empecé, y concretarlo"... ir del "temo" al "teAmo"... Una máquina de escribir que no anda, un sistema ineficiente que ha contagiado sus ineficiencias al ser humano, y que así como el personaje pierde su "A", muchos pierden su determinación...
En fin, la película está llena de ideas, y tal vez muchos confundan "idealista" con "progresista"... pero NO son la misma cosa.

Un saludo muy grande!!! =)

Cristian Ariel Mangini dijo...

Bueno gente, en primera instancia, yo no soy todos los de Fancinema. Yo soy, por decirlo de alguna manera, el director del blog....Por si acaso, es el que firma como Cristian Mangini las críticas del sitio. Por eso la nota lleva la firma de Mex Faliero, quién obviamente tb escribe en Fancinema y porque la nota tiene el rigor de una opinión, de la misma manera que en el sitio hemos publicado una crítica de Brian Macchi en la que le otorga un 9 (por eso esta en un top 5).

Ahora bien, si tengo que ser sincero, yo no coincido con Mex por diversas razones y mi apreciación es un poco más positiva sin ser demasiado exultante. Lo del contexto histórico, esa modificación del mismo respecto al material original me parece una cobardía, pero no coincido con lo planteado respecto al final porque, como sostengo desde hace bastante, entiendo que es una secuencia onírica que se plantea en una necesidad subjetiva del personaje por atar cabos al final de su vida. No lo entiendo como un final feliz, en absoluto. Y si a mi me parece irregular como película es por lo derivativa que se torna, y porque debería haberse sostenido en el registro del policial negro. Más allá de eso, rescató el trabajo formal del film y la cuestión actoral.

En fin, debajo pongo un posteo de Javier Luzi en Facebook, quien tb forma parte de Fancinema y adhiere con un amplio justificativo a la opinión de Mex. (uh, Haganse amigos nuestros en Facebook!!)

saludos!!

Don Allum

Don Allum dijo...

Javier Luzi

Buenisimo como siempre Mex, no espero menos de usted.

Y quisiera detenerme en algo q se deslizó como al pasar en algún comentario. La novela sí tiene mucho de política. El autor es licenciado en historia y el marco no es marco es casi personaje protagónico. Cómo no leer en esa línea temporal que va del Onganiato al hoy, una continuidad de violencia estatal y abuso? Cómo no leer en esa impunidad que se plantea un epítome de nuestra sociedad en general? Y cómo no leer en ese "no pienses más", "no piense" del filme, un pretender olvidar pasados... Sí, es subjetivo pero las interpretaciones de los comentarios hechos acá no lo son menos, no? ... Leer más

Y xq traer a colación lo de la Historia? Xq Campanella supo en "El mismo amor, la misma lluvia" desarrollar una historia donde los hechos externos eran parte sustancial de los cambios y las decisiones de los personajes y acá aparece de pronto, de la nada, con fórceps (con una intencionalidad totalmente diferente a la de la novela -si no observar la manipulación con el personaje de Francella y su final). Y encima es tan cobarde q ubica la narración en un año q le permite tirarse contra Isabel y no contra Perón. O vamos a decir q la triple A empezó a la muerte del general? Mujer presidente débil y boluda, hablando mal y pronto? Mujer presidente en estos tiempos? Q casualidad, no? Tocar al Líder, ni loco, a ver si a algún cabecita negra se le ocurre ir al cine. Ah, no, tranca si los q pueden ir al cine son clase media (pauperizada, pero con ínfulas), con ese dejo machista y un toque gorila q nos sienta tan bien!

Una crítica fundamentada de una película es eso, no una desvalorización hacia los millones de espectadores q vieron la película (a esta altura ya más de 2.000.000). No entiendo xq para fundamentar un "esto me gustó" habría q ampararse en un número de taquilla. Para el caso Hitler subió al poder por el voto, la Plaza se llenó en el 78 por el mundial, a Blumberg lo apoyaron unos cuantos, y? Eso es bueno per se? De q estamos hablando? Tengo mis dudas y eso no lo voy a transar, aunq para Seineldin dudar sea la jactancia de los intelectuales.

Un abrazo, javier luzi

Don Allum dijo...

Y gracias por los elogios---en verdad, mis disculpas por no pasar más seguido por otros blogs, especialmente el de usted PM!...

Y gracias y bienvenido Mascia,

saludos...

jb dijo...

prometo volver! Desde ya no coincido con Mex, la mayor parte del Amante y no se que dijoa la lectora provisoria (de este espectro el único que debe defender a campanella es prividera, je)
Creo si que es significativo el ataque que recibió la peli, ataque que creo es desproporcionado a los elogios que reciben otras eplis y a la propia trayectoria del propio campanella. Justanmente sobre esto pensaba hacer un post, así que, en ese sentido, estamos en sintonía, je.
Esto que sigue no lo digo por Feliero, obvio, pero creo que la oposición de una parte d ela critica especializada tiene que ver con que el cine de campanella es "comercial" (entre las comillas del caso) y que, dieron por muerto tempranamente a ese cine argentino muy jugados ocn el autotiluado NCA (nuevo por vez n{umero...)
Pero obvio que eso es otra discusión
volveré
PD: Muchachos: subí un post sobre district nine y, además, cito al camarada Macchi, saludos nimios

Inequívoco dijo...

se puede admirar "la capacidad de gusto y opinión de los seres humanos"??

los últimos 10 minutos de la película, absolutamente de más...

Damián de Haedo dijo...

A mí me pareció una película muy bien hecha. Y como no tengo una ideología marcada que me presiona la cabeza, si un film muestra una tendencia ideológica no creo que la descalifique cinematográficamente. Además, tildarla de "preocupante" es sacarle mérito al espectador. Yo no salí del cine pensando que la justicia en mano propia es saludable. Salí pensando "qué bueno que, cada tanto, alguien filme bien en este país"...